La Paton de Peppino

Un pequeño toque y reducimos hasta los 80´s de nuevo, con una Paton nada menos, como la que Dani Pedrosa, que ya va para clásico y leyenda, montará en el Goodwood Classic, evento británico que ni te cuento en el tema clásicas y la historia de las motos. Una Paton pata negra, de dos válvulas, solo pueden inscribirse máquinas construidas hasta 1967. Algunos se preguntarán: ¿qué es una Paton?, otros, en cambio: ¿Quién diablos es Dani Pedrosa?

Dani Pedrosa en Calafat, entrenando con la Paton

Bien, el evento repleto de clásicas británicas, off course, te lo volverás a perder si no vas la semana que viene, del 13 al 15 de septiembre, al viejo circuito en la finca del Conde Richmond, en Chichester. Rediseñado a partir de una antigua pista de aterrizaje allá por 1948, cuenta con instalaciones modernas varias para congregar, mínimo, otros 150.000 adictos a las dos ruedas este año, 135.000 el de Le Mans Classic, otro monstruo. Muchas personas revoloteando, con ropa de época o a su bola, con música, eventos, comida, mercadeo y muchas ruedas…, royo festival espectáculo motor clásico nivel XXL.

En motos, su perfomance estrella es la carrera “Trofeo Barry Sheene”, corrido por leyendas como Wayne Gardner, Troy Corser o Freddie Spencer, entre otros. El único equipo español que se menea por allí es del barcelonés Joaquím Folch, piloto de clásicas GP, que ha enredado a Dani para correr con mono de aquellos años. Carrera a dos mangas, correrá junto a Folch hijo, otro habitual que el año pasado corrió con una Norton Manx del 53 que…

Paton 125 de 1958

Vale, vale, la Paton: Le llamaban “Peppino” en el circo mundial de las dos ruedas. Además de competente y versátil, era un tipo concienzudo, persistente, con pasión por un tubo, tanta como para enfrentarse a las poderosísimas marcas del Campeonato del Mundo de 500 cc, el solo, construyendo 12 magnificas unidades, desde el chasis al motor, las Paton 500.

También hicieron 2 tiempos, en el 76 la Paton fue la primera en producir el modelo en V de cigüeñal único, después lo adoptaría Honda para su exitosa tricilíndrica. Encuentra una Paton si puedes, y ponla en el salón de esa enorme casa que tienes, es singularidad de la buena. Eran otros tiempos, pudo ocurrir y ocurrió.

El motor es brillante, bicilíndrico en línea DOHC de dos válvulas calado a 180º, una maravilla para que estas máquinas verdes con bastidor dorado dejaran una estela de reputación competitiva durante la década de los 60´s y principios de los 70´s, estela que vuelve a brillar ahora, en nuestros tiempos tan modernos, pero eso es otra ruta.

Su nombre, Giuseppe Pattoni, jefe de mecánicos de las Mondial en el 57, cuando acababan de ganar los campeonatos de 125 y 250 cc, y, de repente, el Conde Boselli, propietario él, bajó la persiana. Y el Mundial se quedó sin Mondial, y le regaló todo el material de competición a Peppino, que se enredó con Lino Tonti, el ingeniero de Mondial entonces, y construyeron una 125, la primera Paton, acrónimo de PAttoni y TONti.

Peppino con su Paton 500

Una de las primeras 125 la montó Stan Hailwood, el hijo de Mike The Bike, en el TT del 58, pero las Paton no firmaron ninguna victoria en Grandes Premios. Ganaron en el Campeonato de Italia, subcampeones en el 71, y lograron dos veces, con Roberto Gallina, la tercera plaza en el Mundial, en el 70 y 72. Poco currículum para el enorme prestigio que tenían y conservan estas máquinas de 500.

Poco antes, ambos emprendedores decidieron seguir su propia ruta en los 60,s. Tonti llegaría a Moto Guzzi y acabaría diseñando el legendario motor en V de la marca. Peppino, ajeno al agotamiento y a las complicaciones de la máxima competición, soñaba con construir su propia moto, una ruta con muchas curvas que subía muy alto.

Pero despierto tenía que currar. Y se metió de mecánico en Lancia. Giorgo Pianta, un propietario del concesionario, le dejó montar el taller en el patio trasero, y allí empezó a darle a la llave, con moral y dedicación inhumanas, primero una 350, luego las 500, tornillo a tornillo, el sueño se fue haciendo realidad.  

Aquel rincón de Milán se convirtió en una especie de club de jazz mecánico del que salía música bien afinada. Un templo motero frecuentado por distinguido grupo de pilotos de élite y moteros crónicos en busca de su toque mágico en la preparación, o a la caza de alguna de las excelentes máquinas que Peppino diseñaba y montaba artesanalmente.

Espectacular Paton 4 válvulas

Recogiendo la reputación de la marca, el hijo de Pattoni, Roberto, ha querido continuar la obra de su padre fallecido en el 99. Se formó en aquella escuela única, y se lo curró duro en los 80 y 90´s cuando hacían, ayudados ya por Honda, V4 a 115º, 90º, y al final el V 70º. En 2001 creó la PG 500 RC, la primera y única Paton con bastidor prestado, continuaban el Mundial, hasta el cambio de reglamentación para MotoGP que dejó a las Paton en el arcén definitivamente.

O no, como su padre, inalcanzable por el desfallecimiento, además de meterse para ganar moto 2, ahora, se ha puesto manos a la obra con “la renacida”, una re-evolución de la antigua Paton, con más válvulas por cilindro, alguna actualización por aquí, un cambio de imagen por allá… Y lleva una inercia interesante, con unas cuantas decenas colocadas en un mercado tan difícil y exclusivo como el de las carreras cliente de lujo para pasear o correr en clásicas. Llegan a los 90.000 euros, y tiene otras…, vale, otra historia, si te interesa, puedes seguir por esta ruta: http:// https://www.paton.it/it/

3 respuestas a “La Paton de Peppino

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